Rosario Rodríguez acaba de estrenarse como paciente formadora del Aula de fibromialgia en Cádiz. Su primer taller se ha realizado esta misma semana en el Centro de Especialidades Vargas Ponce, con un grupo de 13 mujeres con la enfermedad. Nos cuenta que ayudar a otras personas la ha motivado a salir del túnel. Celebramos con ella y sus experiencias el 12 de Mayo, Día Internacional de la Fibromialgia.
¿Desde cuando tienes fibromialgia?
Tengo fibromialgia desde hace 12 años. Fue a raíz de un accidente de circulación. El golpe me ocasionó un síndrome de latigazo cervical que, en lugar de mejorar, fue generándome más y más problemas. Mi médico de familia observó que, no me recuperaba y que tenía otros síntomas y más puntos de dolor. Me derivó al reumatólogo y ahí, de forma inmediata, me diagnosticaron fibromialgia.
¿Cuáles eran esos síntomas?
Dolor generalizado y muy, muy fuerte por todo el cuerpo. Dolores de cabeza, pérdida de memoria y problemas para dormir. Ganas de llorar sin motivo y muchísima angustia y ansiedad. Cansancio enorme, lagunas de memoria y dificultad para concentrarme.
No lo esperaba. No sabía lo que era la fibromialgia ni absolutamente nada sobre la enfermedad. Tampoco imaginaba que era una enfermedad crónica que me iba a acompañar y a condicionar el resto de mi vida.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde ese momento?
Mi vida ha cambiado totalmente y en todos los aspectos. Desde las pequeñas cosas de mi día a día (como hacer la comida y olvidar recetas), hasta en mi vida social (limitando mis salidas por cansancio físico) y, por supuesto, en mi trabajo (soy profesora y olvido la materia a impartir y hasta los nombres de mis alumnos, tengo que tenerlo todo apuntado y seguir un guión para dar las clases).
Y, ¿cómo has sobrellevado esas dificultades?
Pues en este tiempo he mejorado porque he aprendido a mejorar. Porque tienes que participar en tu vida y tomar las riendas de tu enfermedad. No me niego el derecho a disfrutar, pero soy consciente de mis limitaciones. Adapto mi vida a mis síntomas, los entiendo, los reconozco y sigo viviendo.
¿Por qué decidiste hacerte formadora de la Escuela de Pacientes?
Una de las cosas que más me ha ayudado a salir del túnel, es saber que puedo ayudar a otras personas. Escucharlas, aconsejarlas, compartir cosas con ellas. Hay días en que no estoy para nadie, pero sí voy a mi asociación, porque ayudar a otras personas me hace sentir muy bien.
Con la Escuela de Pacientes me ha ocurrido como con la Asociación. Me encuentro con personas que no conozco, que no se conocen entre sí, pero que sienten lo mismo, y rompen esa barrera porque tienen mucho que compartir. Ser profesora de la Escuela de Pacientes, me da la oportunidad de escucharlas, de hacerlas participar y de transmitirles alegría. Ellas me dan mucha fuerza. El miércoles, cuando acabé el taller, volví a casa llena de agradecimientos. Y sé que cuando vuelva a verlas, nos vamos a besar y a abrazar, aunque seamos auténticas desconocidas.
¿Animarías a otras pacientes a ser formadoras?
Por supuesto. No hay mejor forma de ver tu realidad, que ayudar a otras personas que sienten lo mismo que tú. Y cuanto están en otra fase, un poco peor, puedes decirles que hay salida. A eso no te ayuda un médico.
Saludos desde CHILE y mi discurso para nuestro día.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Lp6OyFKm1aw
Antes de nada Rosario felicitarte y darte las grasias por aportar tu granito de arena .Me veo tan identificada con tu experiencia aunque yo nunca he tenido a hombres como pacientes.
ResponderEliminarSaludos Cordiales
Enhorabuena Charo, me encanta ver como vas realizando esta tarea tan gratificante, aunque somos enfermas estas demostrando que podemos hacer y ayudar. Un fuerte abrazo. FIBROGUADALQUIVIR.
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